Story: Little eco-friendly monsters
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| Ilustración de Paola Arévalo |
Story: Little eco-friendly monsters
When man first set foot on the Moon, the place's inhabitants were surprised to see, for the first time, a spaceship, especially a human.
The day the spaceship started its engine to return to Earth, a group of intrepid little monsters hid in the back of the spaceship,
when they landed, the little monsters came out of hiding to find a new hiding place. They lived for many years observing the behavior of humans, they copied some gestures and attitudes and they ate pizza, hamburgers, and Coca-Cola.
Over time they began to reproduce and had their own family, but they did everything in their world called «Terra» away from humans.
The little monsters realized that both species were different and, afraid of not being accepted on Earth, they lived in hiding. Years passed and the little monsters felt unhappy seeing and feeling that environmental pollution was affecting your home.
The wind carried the snack wrappers, papers, and plastic bags to their world «Terra».
One day, tired of seeing so much trash thrown in the streets, Shesha, the leader of the world of Terra, organized his friends and they went out to collect the trash from all over the city.
The humans were perplexed to see them, some ran away and screamed in fear when they saw them, but a little boy realized that they were only cleaning the city and did not want to hurt anyone.
Once they finished their cleaning work, they return to their world without leaving any trace of their path.
After all, the eco-friendly little monsters taught the humans a lesson.
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Cuando el hombre pisó por primera vez la Luna, los habitantes del lugar quedaron sorprendidos y admirados de ver por primera vez una nave espacial sobre todo un humano.
El día que la nave espacial encendió el motor para retornar a la Tierra, un grupo de intrépidos monstritos se escondieron en la parte posterior de la nave espacial.
Al aterrizar en la Tierra, los pequeños monstritos salieron de su escondite para buscar uno nuevo.
Ellos vivieron por muchos años observando el comportamiento de los humanos, copiaron algunos gestos y actitudes, hasta probaron la pizza, hamburguesas y la Coca Cola.
Con el tiempo empezaron a reproducirse y tuvieron su propia familia apartado de los humanos.
Los monstritos se dieron cuenta que ambas especies eran diferentes y con el temor de no ser aceptados en la Tierra vivían a escondidas.
Pasaban los años y los monstritos se sentían descontentos de ver y sentir que la contaminación ambiental, estaba afectando su hogar.
El viento transportaba las envolturas de snack, papeles y bolsas de plásticos hasta su mundo llamado «Terra».
Un día cansados de ver tanto basura tirada en las calles, Shesha el líder del mundo «Terra», organizó a sus amigos y salieron a recoger la basura de toda la ciudad.
Los humanos se quedaron perplejos de verlos, algunos salían corriendo y gritaban del susto al verlos, pero un pequeño niño se dió cuenta que ellos solo estaban limpiando la ciudad y no querían lastimar a nadie.
Una vez que terminaron su labor de limpieza, se fueron nuevamente a su mundo sin dejar huellas de su camino.
Después de todo, los pequeños monstritos ecoamigables dejaron una lección a los humanos.
Ilustración: Paola Arévalo
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